Memorias de un Corazón Converso
- Adveniat
- hace 3 días
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 13 horas
Parte cinco de una poesía dramática de corte religioso que consta de 10 diálogos entre el hombre y Cristo, intentando plasmar el afortunado encuentro entre el pecador y su Dios.

Por Ángel de la Cruz
Diálogo 5
Hombre
Pero cuán difícil resulta ser
vuestra divina voluntad seguir
que propicia frecuente sufrir
a quien por ti quiere padecer.
No entiendo que mi corazón
pueda alejarse de vuestro querer,
ni como vuelve a vuestro parecer
que en demasía sobrepasa la razón.
Siéntome por veces abandonado
perdido de Ti y lejano
como oveja errante en el llano
cuyo pastor le ha dejado.
Vuestra palabra no recibo
y dispóngome a acobardarme,
si el malo empieza a asediarme
y vuestro rostro no concibo.
Es como tierra de desierto
que mata el sediento anhelo
de morar en supremo cielo
mientras agoniza el corazón yerto.
Ha ya tiempo que me olvidaste
o has apartado vuestro favor,
pues se apaga el ingente fervor
encendido cuando me encontraste.
Jesús
No confundas jamás mi calma,
pues que te abandone es imposible,
Yo Soy la llama inextinguible
del amor de vuestra alma.
Es una vivencia nueva
para concebir una fe madura,
donde no todo ha de ser ternura,
sino crisol que pone a prueba.
Por vuestra vida no voy de largo
pese al silencio que desconcierta
a vuestra alma que despierta
del fantasioso y estéril letargo.
Después de aquel bello instante
en que hablé a vuestra conciencia
necesaria te resulta la paciencia
para soportar la asedia incesante.
Acompáñote aún entre sigilos
y jamás romperé dicha promesa,
que he cumplido otrora con entereza
por este y por todos los siglos.
Aumenta vuestra confianza
Que sosténgote por puro amor
Y avivado en vuestro pecho el fervor
Abandónate en mi esperanza.