Memorias de un Corazón Converso
- Adveniat
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Actualizado: hace 1 día
Parte cuatro de una poesía dramática de corte religioso que consta de 10 diálogos entre el hombre y Cristo, intentando plasmar el afortunado encuentro entre el pecador y su Dios.

Por Ángel de la Cruz
Diálogo 4
Hombre:
Ya mi voluntad es nada,
ante Ti todo me rindo
y, deseándote, me deslindo
de la miseria antes deseada.
Pues al no vaciar mis manos
de nada podría yo servirte,
sino sólo volver a herirte
negándote con mis hermanos.
Y como no repudiar todo
para tomar la Cruz ofrecida,
en la que por vuestras heridas
me sacaste del abismo y el lodo.
No negando a vuestro Padre,
dignidad santa me otorgaste
cuando de aquel cielo te bajaste
encarnándote en vuestra Madre.
Ergo acepto vuestro querer,
como tu Madre y esclava lo abrazó
y, en su libertad, no rechazó
acompañarte en vuestro padecer.
De tal forma acompaño también,
pese a que soy débil y cobarde,
pues el corazón ingente arde
por seguirte en la verdad y el bien.
Jesús:
Cuantos corazones yertos
desdeñan aquesta voluntad divina,
creyéndose que les esclaviza
sometidos a sus placeres y desaciertos.
Es por eso que el cielo alegrose
con vuestro asentimiento apasionado
por el que mi cuerpo torturado
en su misma sangre bañose.
Ama ahora en esta tierra
como lo hice al bajar del cielo,
llevando a la vida el Evangelio,
la verdad que causa tanta guerra.
En este mundo embrutecido
si eres mío, serás contradictorio
pero no te acobardes por el oprobio
pues mira que Yo lo he vencido.
Mundo en el que el hombre sigue
al desterrado y primer homicida
que con voluntad envilecida
a mi única y santa Iglesia persigue.
Si tu corazón abandonas en Mí
lograrás ser uno conmigo,
aun cuando los que profesan contigo
quieran apagar lo que Yo encendí.
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