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Un Noviazgo Católico

Actualizado: 13 feb

Hay mamás que presumen con orgullo a sus niños pequeños porque tienen novia o novio en el preescolar; sin embargo, en realidad el noviazgo no es apto para todas las edades. (Entrevista a Luis y Lucy, segunda parte)



Por Claudia Ortiz


Hay un proceso que todo católico debería vivir con una chica o a un chico que le gusta para compartir la vida. Desgraciadamente estos pasos han quedado descontinuados o en el olvido por el enfriamiento o desconocimiento de la fe; no obstante siguen siendo los más recomendables y sanos para lograr un buen matrimonio. Este proceso debería incluir la experiencia de una amistad pura y objetiva, que, de concluir en noviazgo, sea con el único objetivo de llegar al matrimonio. Por lo tanto, esta etapa de la vida no es propia para adolescentes ni tampoco jovencitos que solo desean pasar el rato.


De vivir este proceso de forma madura y con un sentido católico, el noviazgo es de gran ayuda para los futuros esposos; en tanto que pasar por esa etapa irresponsablemente, sin la mínima conciencia de para qué sirve y lo que se quiere, ha provocado ya un sin fin de conflictos en los matrimonios que terminan en ruptura, porque no se dieron el tiempo de conocerse, de saber más, para seleccionar mejor a la persona con la que pasarán el resto de sus días.


Consultamos este tema con Luis Ángel y Luz María (Lucy) Guzmán de Ramírez, para que nos compartieran, según su experiencia, cómo debe ser el noviazgo a fin de que culmine en una buena vida matrimonial, como Dios quiere.


¿Cuál es tu tipo de sangre?


Parece broma o una exageración comentó Luis Ángel, pero ellos se hicieron ésta y otras preguntas antes siquiera de ser novios, es decir, previa y oportunamente para asegurarse de que no hubiera ningún tema que, llegado el momento, fuera un impedimento para casarse.


Como se conocieron en el ambiente católico, no sólo de nombre, sino de formación, debate y defensa de la fe, ya era un hecho que la religión no era un problema, ambos eran católicos practicantes, o sea católicos, porque una persona que no practica su fe, al final no es nada, consideró Luis Ángel. Entre las preguntas que se hicieron recuerdan haberse asegurado de su tipo de sangre por el tema de que la incompatibilidad sanguínea puede causar problemas de salud en los hijos.


“Suena como a risa -dijo Luis Ángel- pero habla de la profundidad con la que se está viviendo la relación”. Hablar este tipo de cosas, serias y responsables, comentó Lucy, les ayudaron durante el tiempo en que cultivaron su amistad, desde finales de 2022. Platicaron sobre su elección por el matrimonio, lo que les gustaba en una persona, sobre lo que se podía ceder y sobre los no negociables. “Entonces yo creo que eso es desde antes del noviazgo tener ya claro que uno no va a jugar, sino que va con la seriedad de saber, de discernir si realmente te puedes casar con esa persona.”


Los no negociables


Para ellos estaba muy claro el sentido católico del noviazgo como un preámbulo, una antesala del matrimonio, nunca como una relación durante la cual pudiera aparecer o no, la inquietud del matrimonio.


Comenzaron su noviazgo en Mayo de 2023 con los no negociables ya establecidos, gracias a que los dos tenían muy claro lo que cada uno era, lo que buscaba y lo que quería encontrar. El resultado: “fue algo que cuadró perfectamente, mis no negociables con los suyos -comentó Luis Ángel- además tuvimos, me atrevo a decir, el valor y los pantalones de decir: si tú no tienes esto de una vez déjame de hablar, fue así como muy a rajatabla; a mí me gustó mucho que ella, como mujer, también fuera muy clara y muy honesta.”


Parte de esos negociables fueron, por ejemplo, el ejercicio de la religión y aceptar los hijos que Dios les mande. Luis Ángel comentó el problema que existe en la actualidad con algunas parejas que no tienen ni siquiera claro lo que es un “no negociable”, ya que cuando según los tienen identificados, ofrecen la posibilidad de platicarlos y ponerlos a discusión para llegar a un acuerdo.


Adveniat: O sea, ¿en realidad ya todo estaba suficientemente claro, ya nada más era como que todas las fichas se acomodaran para que se pudiera dar el casorio?


Luis Ángel: Sí, tal cual, cuando empezamos la relación de noviazgo ya sabía que yo que me quería y que me iba a casar con ella. No entré a calarle. Yo ya sabía. El noviazgo fue de protocolo, porque estábamos a distancia, ella en Toluca y yo en Guadalajara. Era para darle más forma a las cosas, pero al menos la decisión me parece que ya estaba ampliamente tomada.


Cuando siembras en el noviazgo


Su noviazgo duró alrededor de 15 meses y se veían cada 3 semanas o cada mes, pero el tiempo que estaban juntos, lo aprovechaban al cien por ciento. Sí tenían citas, se divertían, iban al cine, pero también trabajaban en la construcción de su futuro matrimonio, destacó Lucy. “Teníamos pláticas bien objetivas de decir bueno, ¿para dónde vamos?, ¿vamos avanzando bien?, ¿cómo te sientes?, ¿qué te gustaría cambiar?, ¿te gusta cómo vamos? … era aprovechar el tiempo que teníamos para conocernos y decidir cosas.”


Se formaron lo suficiente para comprender ampliamente lo que espera la Iglesia de un noviazgo y de un matrimonio leyendo juntos varios libros que quisieron recomendar a las parejas que están viviendo esta etapa en sus vidas:


“La casa sobre la roca”, de Horacio Bojorge; “Son tres los que se casan”, de Fulton Sheen; “Tu novia te habla” y “Tu novio te habla”, de Ediciones Paulinas; “Hacia el matrimonio”, de Raúl Plus S. J.  “Leímos otras cosas, pero en específico esos libros fueron los que más nos ayudaron a formarnos y a entender cómo era el otro”, comentó Lucy. “Tratamos de que no fuera como tiempo perdido, sino que nos formamos bastante de lectura espiritual juntos, lectura de formación teológica y filosófica.”


Y meses más adelante, ya como esposos, Luis Ángel se hizo la siguiente reflexión: “En el seminario me decían mucho: ‘el sacerdocio no se improvisa’ Y una vez que salí y descubrí que mi vocación era ésta -el matrimonio- me di cuenta de que no se improvisa tampoco el matrimonio.... uno va al matrimonio a cosechar lo que sembró en el noviazgo.”


Algo más que les ayudó mucho fue el abrazarse al testimonio santo de la Santísima Virgen María y de San José; así como también al ejemplo de San Luis Martín y Santa Celia Guérin, papás de Santa Teresa de Lisieux, el testimonio que dejaron sobre su discernimiento vocacional y su salir de sí para donarse al otro, fue un fuerte impacto para Lucy y Luis.


Fijarse una meta desde un principio ayuda a seguir en el camino, pues ambos sabrán para dónde caminar. Ellos eligieron tomar dos matrimonios santos como ejemplo de su nueva vida como esposos, y están dirigiendo sus pasos en esa dirección.


No hay necesidad de locuras antes del matrimonio


Lucy y Luis Ángel se casaron el 28 de septiembre de 2024 y antes de dejar la soltería, evitaron caer en las famosas despedidas en las que se exponen a la ocasión de pecado o descaradamente se promueve caer en él.


Para Luis Ángel, la despedida de soltero ideal es una reunión con tus mejores amigos en donde se pueda compartir la experiencia del noviazgo y cómo se tomó la decisión para dar el siguiente paso, es decir, algo que además de ser una sana convivencia, pudiera ser ilustrativo para otros que aún no han pasado por ahí.


Por su parte Lucy agradeció la experiencia que vivió con su mamá y sus amigas, en la que se organizaron para entregarle una libreta de consejos cristianos y le hicieron una serie de regalos con analogías. “Por ejemplo, me regalaron una maceta con una plantita que decía esto simboliza que todos los días tienes que regar el amor; una cajita de herramientas para arreglar todas las dificultades que tengan en el matrimonio; o un botiquín para curar las heridas que se hagan el uno al otro; cosas así muy tiernas, muy bonitas, que realmente enmarcan lo que se debe hacer en un matrimonio.”


Su noviazgo duró 1 año, 5 meses y 6 días, se vieron cada 3 semanas o cada mes, y aseguró Luis Ángel que ninguno de sus viajes a Toluca, para poder verla, se le hicieron pesados. Aprovecharon cada momento que pasaron juntos para conocerse y crecer juntos en la fe y amor a Dios; lo que al final de cuentas se verá reflejado en su matrimonio.




1 Comment


d.avilajasser
Feb 11

Hermoso artículo, es justamente lo que quiere la Iglesia, lo mejor para los novios.

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