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La Tradición Católica y el Latín

Actualizado: 22 nov 2024

El latín ha sido el idioma que ha llevado el mensaje de Cristo por el mundo, pero sobre todo, con el que se renovó su sacrificio en la Santa Misa por casi dos mil años de forma ininterrumpida.



Por Claudia Ortiz


El demonio odia el latín por lo que representa, es decir, porque es el idioma oficial de la Iglesia Católica, porque es el idioma utilizado en la liturgia en la Misa de todos los tiempos que tiene como centro de todas las cosas a Dios.


El Profesor Sebastián Pierpauli, Cofundador de la Academia de Latín “Conoce, ama y vive tu Fe”, habló en entrevista sobre la relación de la historia del latín y la Iglesia Católica, y expuso que esta lengua fue adoptada en occidente por la Iglesia entre el siglo III y el siglo IV. 


Explicó que aprovechando la situación histórica del imperio romano que hablaba este idioma y que tomaba fuerza y se extendía, al igual que lo hacía también el cristianismo; la Iglesia Católica se sirvió del latín para la propagación del cristianismo y creó para ello una forma especial de pronunciación que es lo que se conoce como latín eclesiástico.


De esta forma el latín se incluyó en todos los ámbitos de la Iglesia, se dio el caso, por ejemplo, de la traducción al latín de la Biblia, que hizo San Jerónimo a finales del siglo IV; igualmente el idioma se utilizó para la celebración de la Santa Misa Tradicional, también llamada Misa de Siempre o Ad Orientem.


El latín, entonces, ha sido el idioma que ha llevado el mensaje de Cristo por el mundo, pero sobre todo, con el que se renovó su sacrificio en la Santa Misa por casi dos mil años de forma ininterrumpida.


El demonio y el latín


El Profesor Pierpauli mencionó que en los exorcismos, los Sacerdotes han comprobado que el maligno se debilita y se incomoda más cuando se ora en latín, aunque también es cierto que detesta la mención de la Santísima Virgen María y que le molesta el agua bendita, un crucifijo o la oración en general; pero aún más la oración en latín.


Basado en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino sobre la inteligencia de los ángeles, que pueden ver más allá de lo que los hombres vemos, concluyó que el enemigo no se molesta por el latín por ser ésta una simple lengua, sino más bien, lo que le atormenta es justamente lo que representa.


El latín sirve a la Misa de Siempre para representar la centralidad de Dios. Ello sucede desde la misma disposición del altar que mira hacia el Sagrario en que se encuentra Dios mismo. El sacerdote ora en latín, junto a la comunidad, mirando hacia Dios quien es creador y gobernador de todas las cosas. La centralidad está en Dios y el latín presta su servicio en función de este mismo fin. La inteligencia espiritual del demonio percibe con claridad esta situación y es por ello que también odia al latín, además de despreciarlo por ser la lengua de su enemiga, la Iglesia Católica.


Algunas personas desconocen esta significación de lo que sucede en La Misa Tradicional y por ello sostienen erróneamente que el Sacerdote, que está mirando ad orientem, le está dando la espalda al pueblo; pero el demonio, por su inteligencia que ve más allá, comprende perfectamente el real significado de esta acción, entiende que la liturgia está priorizando a Dios, a Cristo, a quienes odia. Es por ello que el sacerdote mira hacia el altar.


De hecho, en la Misa Tridentina, el Sacerdote, que es mediador de Dios, como lo señala el Papa Pío XII en la encíclica Mediator Dei, tiene un papel principal porque durante La Misa es Alter Christi, es otro Cristo. Es por ello que el sacerdote cumple una función diversa que prevalece por sobre lo que puede realizar la comunidad.


El Sacerdote no debe ser uno más


La Santa Misa es la renovación del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, que aunque de manera incruenta, ocurre nuevamente en el altar. En la Misa de siempre, la liturgia fue cuidadosamente diseñada para que los fieles así la vivan, concentrados en esa realidad y participando la mayor parte en silencio, respondiendo la mayoría de las oraciones en su interior y unidos al Sacerdote.


Sebastián Pierpauli, que también es Abogado, indicó que en La Misa Tradicional resulta claro de un modo inconfundible que la primacía se encuentra en el sacrificio de la cruz y no en la participación comunitaria, tal como pretendieron desde ciertos movimientos reformistas de la liturgia identificados con el pensamiento de Martín Lutero.


Mientras que la participación excesiva en el nuevo rito de la Misa ha generado que  con frecuencia no se considere debidamente la centralidad del sacrificio de la Cruz y, por ello, puede observarse que el altar, el lugar santo, sea convertido en un lugar al que accede mucha gente para cumplir diversas funciones y no siempre con el debido respeto. Uno de los graves problemas que han surgido es que, tal como quería el monje Lutero, el Sacerdote se ha convertido en uno más en el altar.


La Misa Tradicional


El especialista en latín recomendó conocer y vivir la Misa Tradicional aunque no se conozca el idioma, ya que se trata de la Misa de todos los tiempos, celebrada desde Nuestro Señor Jesucristo y que en memoria de Él, lo hicieron también sus discípulos. Explicó que con el paso del tiempo el rito se fue perfeccionando poco a poco, motivo por el cual el Papa Pío V, el 14 de Julio de 1570 emitió la Bula Quo Primum Tempore, promulgando la liturgia Tridentina y encomendó a los sabios, cuidadosamente seleccionados, que se basaran en los Santos Padres, para la elaboración de un Misal que conservara la pureza del culto de la Iglesia para que “en la Iglesia de Dios haya un solo modo de salmodiar, un solo rito para celebrar la Misa”, en el documento se decreta, además, la prohibición de modificación alguna en lo subsecuente:


“En adelante y por la perpetuidad de los tiempos futuros prohibimos que se cante o se recite otras fórmulas que aquellas conformes al Misal editado por Nos…que jamás se agregue, suprima o cambie nada a este Misal Nuestro recién editado.”


Y agregó la siguiente sentencia sobre el castigo de Dios:


“Declaramos que la presente Carta jamás puede ser revocada ni modificada en ningún tiempo, sino que se yergue siempre firme y válida en su vigor. Más si alguien se atreviere a atacar esto, sabrá que ha incurrido en la indignación de Dios omnipotente y de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo.”


Para volver a Dios


Sebastián Pierpauli resaltó que una persona que no entiende el latín puede asistir a la Misa Tradicional para participar en el sacrificio de la Cruz, y poco a poco se puede comenzar a conocer el rito y familiarizarse con el idioma. Comentó que muchas personas acuden y se sienten cautivadas por la forma tan sublime y respetuosa, por el silencio y la dignidad con que se celebra, aunque no haya entendido claramente.


Posteriormente, para quien desee participar más ampliamente, podrían reconsiderar entender el latín, pues su participación enriquece el rito por las oraciones de los fieles, en silencio o en voz alta cuando lo indica la liturgia.


Siguiendo a Santo Tomás de Aquino puede decirse que la riqueza de la Misa de Siempre radica en que, de un modo contrario al pensamiento moderno, pone a Dios creador en el centro de todas las cosas. Dios es el centro y no el hombre. La Misa de siempre representa entonces un verdadero y santo medio para que el hombre pueda volver a Dios que es su primera causa. 


  • El Profesor Sebastián Pierpauli es Docente de Latín en cursos de niños, jóvenes y adultos en la modalidad Homeschooling, área en la que es además Asesor jurídico internacional. Es posible contactarlo a través de su correo: sebapier@hotmail.com


1 Comment


Luz María Garcia
Nov 20, 2024

Excelente artículo, felicidades profesor!!

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