La Belleza del Matrimonio en el Rito Tradicional
- Claudia Ortiz
- 24 feb
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Actualizado: 27 feb
¿Da igual casarse en el rito tridentino que en el Novus ordo? La respuesta es no. Conoce las ayudas, el acompañamiento y la vivencia del Sacramento en el rito Tradicional. (Entrevista a Luis y Lucy, tercera y última parte)

Por Claudia Ortiz
Nuestro Señor Jesucristo instituyó el Sacramento del Matrimonio y aunque se trata del mismo sacramento y con la misma validez, hemos querido presentar en este artículo la diferencia de vivirlo en el Novus Ordo o en el Vetus Ordo y de eso platicamos con Luis Ángel y Luz María (Lucy) Guzmán de Ramírez. No se trata solo de una opinión sin fundamentos, sino de la visión de alguien con formación y experiencia en ambos ritos, pues antes de casarse, Luis Ángel Ramírez fue seminarista diocesano durante 5 años y le tocó presenciar varios matrimonios, así como incluso dar pláticas prematrimoniales.
Adveniat: ¿Da igual casarse en el rito tridentino que en el Novus ordo?
Luis Ángel: “La respuesta es no, no da igual. Y me atrevo a mencionar algunas cuestiones muy objetivas del porqué la teología y la liturgia están intrínsecamente unidas, siendo que la teología es lo que creemos y la liturgia es lo que celebramos con base en lo que creemos.”

Sobre el rito del sacramento del matrimonio celebrado en el Novus Ordo, aclaró Luis Ángel: “no niego la validez ni la licitud del rito, pero no celebra completamente lo que implica la fe católica y esto se ve reflejado en los signos, en fórmulas, en bendiciones, incluso en lo que invita a vivir la pura celebración del rito.”
Explicó que cuando uno va a una misa ordenada con una liturgia pulcra, con una buena homilía, el corazón lo siente, el alma sale con deseos de conversión; en cambio cuando uno va a una misa totalmente desordenada, no sale con deseos de conversión.
“Ahora, si llevamos esto al rito del sacramento del matrimonio sucede lo mismo. Una misa cuya mistagogía, es decir, los signos del misterio; cuya dimensión didascálica, es decir, lo que enseña en sí misma, lo que cada palabra, cada signo enseña; motivan a la vivencia del sacramento, cambia fundamentalmente las cosas”, comentó Luis Ángel y agregó:
“Me pongo a pensar, estuve en muchas misas de matrimonio, y realmente es una visión superficial de lo que es el matrimonio. La Misa no te dice como tal lo que es el matrimonio.”
En cambio, en la Misa Tradicional, el rito mismo del matrimonio va dando muestra de lo que significa este sacramento. Los novios comentaron algunos de los signos que ocurren, empezando por los pasos previos al sacramento.
Buenas pláticas matrimoniales = mayor conciencia entre los novios
Luis Ángel dio pláticas prematrimoniales a los novios que se casarían en el Novus ordo y tomó las pláticas prematrimoniales para casarse con Lucy en la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP), fundada por San Juan Pablo II para preservar el rito en latín.
“Yo como seminarista tuve la experiencia de dar pláticas prematrimoniales y asistir a pláticas prematrimoniales presenciales por mi participación en apostolados y demás. Y realmente la formación matrimonial que se tiene en el común de parroquias Novus ordo es, con todo respeto, una formación muy carente, muy escueta. Se centra más en una cuestión convivencial, cultural, de cómo se vive actualmente el matrimonio, qué crisis hay, y ya.”
Como su hermana se iba a casar y eran tiempos de pandemia, el párroco le pidió a Luis Ángel, que era seminarista, que preparara las pláticas y se las diera a los novios. Él se esmeró mucho en estructurar las pláticas y al mismo Sacerdote le sorprendió que llevaran tanto contenido y fueran tan estructuradas.
“Pero cuando llegamos a las pláticas con la Fraternidad, honestamente yo ya me lo esperaba así, o sea, sí era de esperarse que iba a ser algo bien formado. El Padre Daniel Heenan, superior de la FSSP en México, pone en contexto lo que es el matrimonio, aunado a eso, comienza a desarrollar la dimensión teológica del matrimonio, el fundamento, el matrimonio en el magisterio. Adán y Eva como matrimonio. ¿Dónde está la caída? ¿Quién falló primero?“
En el común de las parroquias, dijo Luis Ángel, “uno tiende a ver el matrimonio como una vocación mundana, como la vocación de todos, como si fuera algo tan sencillo”, pero para acceder al sacramento en el rito Tridentino les explicaron todo el matrimonio en la historia de la salvación; la figura que es el matrimonio de Cristo y su Iglesia. “Entonces, conocer profundamente las raíces de una vocación tan grande, tan santa… ¡de por sí uno ya se quiere casar!”, expresó con emoción Luis Ángel.
Dijo que la formación previa al matrimonio ofrecida por los Sacerdotes de la FSSP tiene mucho cuidado en hacer ver también las partes difíciles del matrimonio, sin que por eso se caiga en un pesimismo ante los retos, pero tampoco en un optimismo o positivismo mentiroso.
Lucy destacó la honestidad y firmeza del Sacerdote durante las pláticas, “porque nos dijo desde un principio: ‘si yo veo que entre ustedes hay alguna cosa que impida el matrimonio o algo que ustedes deberían saber, se los voy a hacer saber. Yo espero que no sea el caso de ninguno, pero sí nos dejó claro que es para realmente discernir.”
Adveniat: Pero qué fuerte lo que comentas, que si el Padre ve un impedimento se los va a decir.
Luis Ángel: Sí, interpela incluso, por más que uno esté seguro, interpela para que uno se vuelva a cuestionar si hay algo.
Lucy: Tan es así que no te dejan apartar fecha de sacramento hasta que no tengas cumplido ese proceso de las pláticas, cuando en otros lugares no es así. En otros lugares se aparta la fecha y después se hacen las pláticas.
Para poder revisar cada caso en particular y a cada uno, se aplica a los novios una encuesta escrita y posteriormente una entrevista, todo con el fin de asegurarse que el matrimonio es viable. “Entonces eso me pareció bastante bueno, que es personalizado. O sea, realmente se dieron el tiempo de conocer a cada uno para ver si era viable o no el matrimonio”, expuso Lucy.
“También el tema de los fines es algo en lo que pone mucho acento el Padre -comentó Luis Ángel- el tema de la unidad de los esposos, de la procreación, de la santidad, de alabar a Dios en el matrimonio. Me parece que son unas pláticas muy, muy completas, y que también dejan en claro a la conciencia la exigencia que implica el matrimonio.”
Consideró que la mayoría de los esposos que reciben sus pláticas en el Novus Ordo se casan engañados porque no les dijeron a profundidad lo que es el matrimonio. Lamentó también que en ocasiones los que dan las pláticas son parejas de esposos y no los Sacerdotes, siendo así que los fieles que tienen el sacramento transmiten su vivencia propia y suena más bien a exhibición y desquite. “Con ganas de decirle mejor vaya a terapia primero. Dejan humillado al cónyuge que está también ahí presente… Como que hay una ventilación de cosas que uno no tiene por qué saber. Y creo que el hecho de que lo den ellos (los matrimonios) lastima la intención auténtica de las pláticas.
Lucy destacó otro tema crucial que se abordó en las pláticas prematrimoniales: “Otra de las cosas que me gustó mucho es que se habla de la sujeción del varón a Cristo y de la mujer al varón, pero al final sin ningún afán de machismo ni de feminismo ni de ninguna de esas cosas, sino más bien en el orden en el que debe ser naturalmente. Y a mí me parece eso muy bonito, porque no da espacio ni a que el hombre haga lo que él quiera; como decir ‘pues yo soy hombre, la mujer me tiene que obedecer, entonces yo hago lo que yo quiero’; sino más bien: Yo estoy sujeto a Cristo y por lo tanto mi esposa también está a su vez, sujeta a Cristo.”
La Iglesia acompaña a los novios

Existen dos momentos previos a la celebración propia del sacramento del matrimonio para acompañar a los novios. Uno es el de la bendición del anillo y el otro el rito de esponsales, que incluye también la bendición del anillo y en caso de que se haya hecho primero, se omite. Luis Ángel explicó que estos ritos “son momentos sacramentales muy importantes porque hacen un acompañamiento sobrenatural a una relación natural, que es el noviazgo.”
Agregó que este acompañamiento, al final hace comprender que la misión matrimonial es un sacramento de la Iglesia, no es una decisión personal, “es decir, entender el matrimonio como algo a lo que yo me debo en la iglesia, mi vocación acrecienta a la Iglesia, sirve a la Iglesia, embellece o mancha a la Iglesia. Entonces el sentido de acompañarse es poder bendecir el compromiso, la relación, por más natural que sea, verla sobre naturalizada por la bendición, por la gracia divina. Es algo que también motiva a casarse y a tomársela más en serio.”
Pero, ¿qué pasa con estas ayudas espirituales en el Novus Ordo?. Se omiten, explicó Luis Ángel, cayeron en desuso probablemente por un cambio de visión de lo que es el sacramento, comentó Luis Ángel.
Una invitación en clave de santidad
La celebración de un matrimonio como Dios manda se distingue desde la invitación. ¿O acaso alguna vez has recibido una invitación en donde el código de vestimenta para las mujeres sea “vestir con modestia”?
Esto pasó cuando Lucy y Luis Ángel diseñaron las invitaciones, la primera en contarlo es Lucy:
“A nosotros nos importaba mucho que a la Santa Misa fueran los más dignamente vestidos, entonces en nuestra invitación le pusimos varias cláusulas:
-Por favor recuerden que a la Santa Misa solamente se pueden acercar a comulgar las personas que estén en estado de gracia, es decir, debidamente confesadas. También pusimos otra especificación que decía que las mujeres, en la medida de lo posible, favor de usar velo.
-No usar escote ni adelante, ni a la espalda, ni transparencias, ni vestidos cortos o vestidos de tirantes, o que tuvieran mangas muy cortas.
“Entonces yo sí fui muy clara en especificar todos los tipos de inmodestia que existen en los vestidos para que no las usaran en la Santa Misa. Y para los hombres también no usar tenis, no usar ropa informal, y de hecho sí hubo varios inconformes.”
Ante esta invitación, a Luis Ángel le dijeron: “mejor me voy como musulmana”, y él respondió: “pues tienes dos opciones, ésa o no ir, pero ir inmodesta no puedes.”
Y si bien para algunos resultó un tanto molesto, en el fondo sorprendía la exigencia, el respeto.
Los signos que motivan la vivencia santa del sacramento
En el rito Tradicional el Sacerdote pone la argolla matrimonial al novio y él a su vez se la pone a la novia. “Eso ya dice mucho -dijo Luis Ángel- porque yo me estoy sujetando a Cristo, porque es Cristo en el Sacerdote quien me pone el anillo y yo a mi esposa… Y la garantía, lo que le permite a mi esposa sujetarse a mí, es que yo estoy sujeto a Cristo.”
Con las arras ocurre algo similar. El Sacerdote se las da al esposo y enseguida él a ella. Esto habla de la Providencia de Dios y además, de que el hombre, al recibir esa bendición, debe llevarla a casa y convertirse en proveedor en su hogar. Al final, los signos establecen el orden en el que todo viene de Dios.
Otro signo ocurre en el Presbiterio, cuando el Sacerdote coloca sobre los novios el paño humeral, lo que significa el acompañamiento de la Iglesia y su bendición sobre ellos. Esto -comentó Luis Ángel- hace recordar a los novios que están sujetos a la Iglesia y por ello al mismo Dios.
“De ninguna forma puede dar igual casarse en un rito o en otro”, sostuvo Luis Ángel, con la aclaración de que ambos ritos son válidos, son lícitos, pero que para quien conoce por un lado la crisis al interior de la Iglesia y por otro lado la labor que se está realizando para mantener viva la fe católica por parte de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, a pesar de tantas abatidas, no le debe dar igual casarse en un lado o en otro.
Muchas gracias por este testimonio, definitivamente optaría por el rito tradicional de llegar a casarme. Bendiciones, hermanos.