Fórmula Para Amar
- Adveniat
- 9 jun
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Actualizado: 12 jun
¿En qué consiste el amor al Corazón de Jesús, cuáles son las señales inequívocas de que se le ama y cuál es el provecho que reporta al amante?

Por Adveniat
“El amor consiste, si no me engaño, en la total entrega y olvido de vos mismo en Él. Nadie puede amar sin sufrir: bien claro nos lo enseñó en la Cruz el Maestro divino, allí se sacrificó por nuestro amor y sigue sacrificándose todos los días en el Santísimo Sacramento del Altar, donde arde en vivísimo deseo de ver adaptada nuestra vida a la suya, oculta y anonadada a los ojos de las criaturas. Y puesto que el amor hace unos a los amantes, si amamos, conformemos nuestra vida con la suya”. Esto meditaba Santa Margarita María Alacoque.
“Amad y haced lo que gustéis, porque quien posee el amor, todo lo posee. Haced las cosas todas en el amor y para el amor, porque el amor da mérito y realce a todas las cosas. El amor nada quiere de corazones partidos: lo quiere todo o nada. El amor os lo hará todo fácil.” Devolvedle amor por amor, y no se os caiga de la memoria la voluntad de Aquel a quien el amor dio muerte por Vos. No le amaréis mientras no sepáis sufrir en silencio y preferir a toda criatura y la eternidad al tiempo.
“Seamos todas del Amado de nuestras almas. Démosle todo nuestro corazón, nuestro amor, nuestros afectos, inclinaciones y cariños. No pongamos afición en ninguna criatura, ni en nosotros siquiera; toda nuestra afición esté colocada en el Sagrado Corazón.”
El amor al Corazón dulcísimo, os ha dicho Santa Margarita, consiste en la total entrega y olvido de uno mismo en Él, en Jesús.
El amor consiste en hacer idénticos a los amantes. Por tanto, si amamos a Jesús, debemos amarle con amor que todo lo sacrifica, como el Maestro divino nos lo enseñó en la Cruz y continúa enseñándonos en el Sagrario donde se sacrifica enteramente por nuestro amor. Debemos amarle conformando nuestra vida con la suya, modelo divino de sus verdaderos amantes.
Se ama, cuando se sabe sufrir en silencio…
Se ama, cuando el alma prefiere a Jesús sobre toda criatura…
Se ama, cuando todas las cosas se hacen en el amor y para el Amor.
Se ama, cuando el amante no tiene afición a criatura alguna, ni a sí mismo.
Se ama, cuando en el corazón hay un solo amor, y éste para Jesús…
Se ama a Jesús, cuando se le ama como a Esposo Crucificado; amando la Cruz, los clavos, los ultrajes, el abandono, el martirio…
Y frutos sublimes y de valor inestimable del amor, son:
Quien posee el amor, todo lo posee.
Quien posee el amor, es dueño del Corazón divino con todas sus riquezas infinitas.
A quien posee el amor, todo es fácil.
¿Vuestro corazón está enamorado del divino y Eucarístico de Jesús?
¿Vuestro corazón es una fiel imagen del suyo?
¿Vuestro corazón tiene por tesoro: heridas, espinas y cruz?
¿Vuestro corazón padece insaciable sed por la salvación de las almas, y para ellas, sean las que fueren y como fueren, no sentís sino amor?
¿Es ya vuestro corazón dulce, benigno, paciente, sin rencores, sin resentimientos, sin celos, sin envidias?
Como hijas de vuestro Padre que está en los Cielos, ¿amáis a vuestros enemigos, hacéis bien a los que os aborrecen y rogáis por los que os persiguen y calumnian?
Sed amor y sólo amor, mis muy amadas hijas; solamente de esta manera corresponderéis a vuestra vocación, mereciendo que Jesús diga a cada una de vosotras, lo que dijo a vuestra Santa Margarita: “Ando en busca de una Víctima para mi Corazón, que quiera sacrificarse según mis designios, y no quiero a otra sino a ti”.
Víctima que no es amor, es una infeliz escultura que teniendo pecho, no siente.
Extracto de una Carta escrita el 2 de Octubre de 1923 por el mártir de la persecución religiosa en México, San José María Robles, a las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús Sacramentado, congregación por él fundada.
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